Catedral de Santiago de Compostela

Ya sea al final o al comienzo de tu viaje, una visita a la catedral siempre es impresionante. Como este es el lugar donde para muchos termina su peregrinaje, es particularmente emocionante simplemente sentarse en la explanada y observar y saludar a los muchos peregrinos que llegan exhaustos pero felices. Todos tienen al menos una historia que contar.

Para obtener una plaza en la misa del peregrino, debes llegar temprano y aceptar que estará lleno. Si, por el contrario, vienes fuera de la temporada, por la noche puedes presenciarla de cerca.

La construcción de las primeras partes de la iglesia comenzó ya en el siglo IX. La catedral románica se construyó entonces en 1075. Una figura de Jacob ricamente decorada con la cripta debajo es un recordatorio de las reliquias del santo que se guardan allí.

“En este Año Santo compostelano, también yo he querido peregrinar, Sucesor de San Pedro, a la casa del “Señor Santiago”, Santiago Apóstol, que se prepara para celebrar sus 800 años de consagración. Vengo a fortalecer vuestra fe, vuestra esperanza y encomendar a la intercesión del Apóstol vuestras preocupaciones, fatigas y esfuerzos por el Evangelio. Abrazando su santa imagen, llevé también conmigo en la oración a todos los hijos e hijas de la Iglesia. La Iglesia, después de todo , tiene su origen en el misterio de la comunión, que es Dios. Por la fe somos introducidos en el misterio del amor, que es la Santísima Trinidad. Somos en cierto modo abrazados por Dios y transformados por su amor. La Iglesia es esto abrazo de Dios, en el que los creyentes aprenden también a abrazar a sus hermanos, descubriendo en ellos la imagen y semejanza de Dios, que constituyen la verdad más profunda de su ser y son la fuente de la verdadera libertad”.
(Bienvenida del Papa Benedicto XVI al visitar la Catedral de Ano Santo MMX el 06 de noviembre de 2010)